VILLA FORTIFICADA (ALMAZÁN)

VILLA FORTIFICADA (ALMAZÁN)

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Puerta del Mercado

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Puerta de Herreros

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Puerta de la Villa

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Rollo de las Monjas

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Pasillo al mirador

La histórica villa adnamantina se asienta en un altozano amesetado que bordea el río Duero por el noreste. Un lugar estratégico en la frontera, la extremadura,  que fue entre los reinos y culturas que tuvieron presencia en la Península ibérica durante el Medievo.

A lo largo de más de 1.700 metros lienzos, puertas, postigos y torres circulares protegían la población y un castillo situado en lo más alto, en el cerro del “Cinto”. Contaba con siete puertas de las que hoy se conservan únicamente tres como testimonio de la solidez y firmeza de esta cerca construida en los siglos XII y XIII. No en vano Almazán es un topónimo de origen árabe que significa “El fortificado”.

Las murallas de Almazán son Bien de Interés Cultural desde 1949.

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El recinto amurallado resultaba inexpugnable y las potentes puertas controlaban el acceso a la población dotando de seguridad a sus vecinos. La Puerta del Mercado o de Berlanga al este es la más robusta de las conservadas; el vano doblado de arco apuntado, está flanqueado por dos torres prismáticas coronadas con almenas. En sus inmediaciones se celebraba el mercado semanal.

Junto a la Plaza Mayor se abre la Puerta de la Villa en este caso también con arco apuntado pero las torres laterales son cilíndricas. Ya en las últimas décadas del siglo XIX se elevó una torre en ladrillo que albergaría un reloj que marca horas, semana y mes.

Impresiona la contundencia de la Puerta de Herreros nuevamente con arcos apuntados y torreones circulares, quicios y huecos para las trancas.

Las puertas principales no eran los únicos pasos abiertos en un recinto amurallado construido con la técnica del encofrado. La muralla de la villa adnamantina contaba con postigos que facilitaban la entrada y salida entre puertas principales. El Postigo de Santa María se encuentra junto a uno de los tramos recuperados de la muralla en la zona oriental. Interesa poner atención a la  forma en la que se diseñó, forzando el tránsito quebrado del eje para fortalecer la defensa. En este lugar un Centro de Interpretación «Espacio Muralla» muestra una maqueta que interpreta y cuenta el recinto amurallado de esta villa. Otra puerta menor es el Postigo de San Miguel, junto a la iglesia románica y el Palacio de los Hurtado de Mendoza. Hoy esta abertura nos conduce hacia una impresionante vista panorámica de la muralla y el río Duero en camino de ronda, pasarela y mirador colgante.

Un punto de singular interés arquitectónico y también paisajístico en la muralla de Almazán es el denominado por los lugareños “Rollo de las Monjas”. Es un gran torreón cilíndrico en ángulo y rematado por matacanes volados, que refuerza un quiebro en la cerca.

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