En algunos sitios la altura del recinto amurallado, con sus torreones y sus cubos, llega casi hasta los 8 metros y las almenas se complementan con saeteras.

El objetivo defensivo de la muralla consistía en evitar la entrada de epidemias como la peste, prohibir la entrada a extraños, así como facilitar el cobro de impuestos a mercaderes que entraban en la Villa.

Todo ello genera una panorámica inigualable de la localidad, donde podremos apreciar junto a la Ciudad celtibérica de Uxama  una de las atalayas conservadas, la de Uxama, que junto con sus otras compañeras servían para defender y vigilar en caso de asedio. Formaban parte del sistema defensivo que guardan también los restos, hoy recuperados, del Castillo de Osma de gran importancia estratégica.

El Castillo constaba de 3 recintos amurallados irregulares que se adaptaban a las condiciones del terreno en el cerro donde se asienta. El primer recinto mantiene sus altos muros y una puerta de acceso, que pudo tener un arco de herradura similar al del Castillo de Gormaz. Los extremos disponen de dos torres; una la del Homenaje y la otra donde parte el segundo recinto murado, que junto con el tercero se encuentran en la parte más baja de la ladera del cerro. La Torre del Agua, formaba parte de este tercer recinto proporcionaba así un modo seguro de obtener agua en caso de ataque y protegía el acceso por el puente sobre el rio Ucero.