16 Mar Siguiendo los pasos de los Romanos en Soria
La Vía XXVII y la villa Los Quintanares Tras la huella de la ingeniería romana
Descubre la historia detrás de la construcción de la calzada romana, cómo se extendió por toda la península ibérica y cómo su legado continúa presente en la actualidad.
Los romanos diseñaron estas calzadas con una técnica de construcción innovadora y eficiente y ha sido utilizada en la ingeniería moderna.
Hoy proponemos una ruta para ver parte de la calzada romana que une Numancia con Uxama, exactamente el tramo que se encuentra en el entorno de La Venta Nueva y visitaremos una villa romana en Rioseco de Soria.
En el mundo romano el carro era fundamental, incluso carruca dormitorio que les permitía descansar mientras se desplazaban, motivo por el que era necesario tener un firme regular.
Mucho territorio que comunicar y muchos kilómetros por recorrer, en el entorno visitable de la Venta Nueva y Rioseco, encontramos los restos de la calzada que discurría por la Hispania romana y comunicaba Augustobriga, Numancia y Uxama.
De lo que fue un gran nexo de comunicación quedan Siete kilómetros de gravilla compacta que se han convertido en un camino para senderistas y ciclistas, ha vuelto a la vida tras miles de año en el olvido.
En estos momentos se puede decir que es la calzada más documentada de Europa.
Entre los bordillos en los que se traza la calzada hay unos 6,5 metros de ancho, cimentada con grandes piedras en la parte baja y según asciende va disminuyendo el tamaño. La última capa, la de rodadura, es de grava más pequeña y compactada.
A partir de la información que aporta esta calzada hay una nueva forma de ver las vías romanas; la última capa no estaba enlosada, solo se realizaba el enlosado en las ciudades.
Rioseco
Oculta bajo tierra se encuentra la villa romana de Quintanares, sobre el terreno nos ubican las marcas de las dependencias y el espacio que ocupaba esta vivienda. Para los romanos las villas eran casas de campo, aisladas y dedicadas a la explotación agrícola.
Para sentir las dimensiones de las habitaciones y el volumen real de los espacios, y disfrutar de los mosaicos y frescos de esta villa lo mejor es viajar en el tiempo con la realidad virtual, lo que es posible en “El Molino de abajo”.
El Centro de Interpretación sobre la molienda también alberga información sobre los restos arqueológicos encontrados en la Villa Romana de Los Quintanares.
Esta villa fue usada entre los siglos II al IV, con el paso del tiempo se olvidó el edificio y los terrenos pasaron a ser de cultivo, motivo por el que fueron aflorando restos de sus cimientos y mosaicos.
Reproducción en realidad virtual: una proyección que se puede observar a través de unas gafas que permiten ver la villa romana in situ.
Hasta 30 mosaicos pavimentaban la mansión, lo que aporta información sobre el prestigio de su propietario. En ellos se identifica a la diosa de la Abundancia (Ops) esposa de Saturno del que se ha encontrado una escultura en mármol blanco, obra del siglo III del que veremos una reproducción en el piso superior de molino, junto otras informaciones y audiovisuales que proporcionan información del yacimiento.
INFORMACIÓN DE OPS ESPACIO CULTURAL
Un buen final de día, si tu visita se realiza los últimos días de febrero o en el mes de marzo es disfrutar de jornadas temáticas en el restaurante Quintanares, este año es un menú de cine:” La última cena del Titanic”.
Quintanares se transforma en el Rte de primera clase “Á la carte” del “barco de los sueños”, en que se disfruta de la música y del largo menú que A. Escofier diseñó para la naviera NWS.
El ambiente y los sabores nos transportan a la época de los grandes transatlánticos del siglo pasado, una moderna interpretación de los platos que degustaron en la cena del día 14 de abril de 1912.
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