La ermita se sitúa en la zona más elevada del caserío, bajo la protección del derruido castillo, junto a ella el graderío y ágora donde se celebra el ritual, declarado BIC en 2006, del Paso del fuego la noche de San Juan.

La portada rememora la traza románica adelantándose sobre el muro. Los paramentos de esta pequeña ermita fueron levantados en sillarejo de calizas, material presente en la zona de fácil extracción para la construcción. Tiene planta de cruz latina, tres naves, cabecera recta y bóveda de crucería rematada en una cúpula central hexagonal con vanos de medio punto y «linterna» ciega.

La antigua parroquia de la Peña sufrió un derrumbe parcial mediado el siglo XVII, siendo reconstruida y anexadas capillas en las décadas siguientes.

Tras su derrumbe sólo quedó en pie la portada y en su interior destaca el altar mayor, de estilo barroco, dedicado a la Asunción de la Virgen. Las imágenes de la Virgen de La Peña y San Pedro, patrones de la localidad, son también barrocas del siglo XVIII.

Embutida en la fachada encontramos una lápida romana procedente del siglo III, dedicada a Tulia, y un disco celtibérico de semicírculos concéntricos.