Situado en la Marca Media este torreón fue de gran importancia en la defensa de la frontera del Duero durante las luchas entre cristianos y musulmanes.
Desde el año 1441 el Castillo fue propiedad del Condestable Don Álvaro de Luna y acogió a los Reyes Católicos a su paso por Langa de Duero. Entre sus muros estuvo preso Enrique Enríquez, hermano bastardo de la reina Leonor de Castilla, que logró escapar de ellos gracias a una cuerda proporcionada por los vecinos.
El Castillo denominado “El Cubo” se alza sobre la cima de un cerro dominando la villa que se apiña a sus pies, y desde donde se aprecia la Sierra de Ayllón o el famoso Puente renacentista de Langa de Duero.
La construcción defensiva data de entre los siglos XV y XVI, aunque su verdadero origen se remonta al siglo IX. La torre del homenaje es el único vestigio de una fortificación que defendería las Tierras de Duero y la población.
De planta cuadrada y construida en sillería, mide 20 m de altura y sus muros alcanzan hasta 2 metros de grosor. Destaca la puerta de acceso situada en altura. Cuenta con tres pisos y azotea con almenas y aspilleras en buen estado.
En la antigüedad disponía de un complejo sistema de galerías subterráneas, hoy ya inexistentes, que servían de alojamiento a las tropas, de caballerizas e incluso de graneros.
Actualmente La Torre se ha convertido en Centro de Interpretación de la Ruta de las Atalayas, con tres salas musealizadas y en cuya terraza se pueden contemplar unas vistas espectaculares del puente renacentista langueño, la vega del Duero y la Sierra de Ayllón.
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