01 Abr Un paseo por la Ribera del Duero: Románico, naturaleza y gastronomía
La Ribera del Duero es una de las comarcas de Soria que reúne los principales atractivos de la provincia: espacios naturales, patrimonio cultural, pueblos con encanto e historia y gastronomía. Conocida fundamentalmente por su vinculación con los viñedos y la producción de interesantes vinos de las D.O. Ribera del Duero, esta zona de la provincia ofrece recorridos maravillosos en los descubrirás buena parte de la historia de Soria, algunos de los monumentos naturales menos conocidos y más impresionantes, y un riquísimo patrimonio cultural, con importantísimas muestras del arte románico.
Románico en estado puro en la Ribera del Duero
En la Ribera del Duero hay muchos tesoros por descubrir y mucho que disfrutar. De las muchas rutas que se pueden hacer por la zona, hay una que permite conocer el románico en estado puro y que recorre pueblos como Peñalba de San Esteban, Miño de San Esteban, Castillejo de Robledo, Langa de Duero, Alcubilla de Avellaneda, Villálvaro, Quintanilla de tres barrios o Rejas de San Esteban.
Castillejo de Robledo es parada obligatoria. Aquí tuvo lugar «La Afrenta de Corpes» del Cantar del Mío Cid. Sus restos se erigen en el lugar más alto de la población, sobre terreno calizo, y junto a un precipicio. Doble recinto amurallado, foso, torreones y la torre del homenaje, son los testigos del paso de la Orden del Temple por esta localidad cuya historia está ligada inherentemente a las leyendas templarias.
Nuestra Señora de la Asunción, tardorrománica del siglo XII, con pórtico de madera, sorprende por dentro y por fuera. En el exterior, un ábside con tres ventanas románicas, canecillos decorados con cabezas de hombre y animales, y entre ellos uno que, según Gaya Nuño, representa “la escena más erótica que ha esculpido el románico”. La portada aún conserva restos de policromía. En el interior, la sorpresa, puesto que el arco del triunfo está decorado con dragones policromados que expulsan fuego por la boca, coronados con ajedrezado en colores blancos y negros.
Langa de Duero es otro de los lugares que no te puedes perder. Los restos más célebres de este lugar datan de la época medieval. La torre del homenaje de la antigua fortificación es visible desde gran distancia y está datada entre los siglos XIV y XV, posterior a la lucha fronteriza entre cristianos y musulmanes. Su fábrica está hecha con sillería de alcanzando una altura de 20 m y un espesor de 1,7 m. Además, un puente medieval cruza el río Duero a través de sus 12 arcos y su fábrica de sillería en caliza, alcanzando los 100 metros de longitud.
La iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, tardogótica, también sorprende por su gran tamaño. Lagares y bodegas también forman parte de esta localidad, cuya máxima expresión se alcanza en la Fiesta de la Vendimia, a finales de septiembre o principios de octubre.
Entre los exponentes del románico de la zona, no pueden faltar las iglesias de Rejas de San Esteban. Dos templos románicos porticados conserva esta localidad: San Martín que permanece casi intacta desde el siglo XIII y San Ginés, reformada en el siglo XVIII, pero que conserva su primitiva galería porticada románica del s XII. Una visita obligada para los amantes del románico porticado.
Naturaleza
La Ribera del Duero también es tierra para disfrutar de la naturaleza. Si la visitas, encontrarás encinas milenarias como la de Valderromán, que está cercana al calón del Río Caracena donde abundan los buitres, o espacios tan impresionantes como el Cañón de Vildé, que no te dejará indiferente. Las sabinas, habitantes centenarios de estas tierras, alcanzan su máximo esplendor en Castillejo de Robledo.
San Esteban de Gormaz
No se puede visitar la Ribera del Duero y no conocer San Esteban de Gormaz, un municipio con una importante tradición vinícola donde disfrutar de buenos vinos y una estupenda gastronomía, y en el que no te puedes perder dos de las iglesias románicas más importantes de Soria: San Miguel y Nuestra Señora del Rivero.
San Miguel es Monumento Nacional desde 1976, y no es para menos pues este pequeño templo románico se enorgullece de ser el primero de toda la historia con galería porticada, tal y como
lo atestigua el “canecillo del monje” en el que se lee “Me hizo el Maestro Juliano en la era de 1119” es decir, 1081. Por su parte, Nuestra Señora del Rivero es un magnífico ejemplo de románico porticado soriano declarado BIC en 1996. Alberga en su interior a la adorada Virgen del Rivero, patrona de la localidad, un impresionante coro tallado en madera de pino, y pinturas góticas tanto en la cabecera como en el arcosolio.
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