Qué ver en Soria en 1 día: Medinaceli y Ambrona

Qué ver en Soria en 1 día: Medinaceli y Ambrona

Medinaceli es el lugar ideal para recorrer la historia, ver el paso del tiempo y disfrutar de sus olores y colores. Una visita nunca es suficiente, Medinaceli atrapa con sus estrechas calles que puedes tocar de pared a pared tan solo con estirar los brazos, con las calles corta vientos, con el enigmático proceso que sufre el tiempo que aquí discurre con otro ritmo.

Medinaceli es un cruce de caminos, abierta a la comunicación y tierra de frontera, ubicada en las estribaciones del Sistema Central y vigilada desde la distancia por el pico más alto del Sistema Ibérico: el Moncayo. La villa está asentada entre las cuencas de los ríos Duero, Ebro y Tajo, en el curso alto del río Jalón, frente al valle del Arbujuelo, el que fuera camino natural hacia Valencia según el Cantar de Mio Cid, camino que realizaron desde aquí las hijas del Campeador acompañadas por Alvar Fáñez de Minaya.

Con esta ubicación no es de extrañar que en este lugar se asentaran celtíberos, romanos, musulmanes, aragoneses y castellanos.

Los celtíberos se asentaron en la Villa Vieja, y los romanos se refirieron a ella como Occilis. Sin embargo, prefirieron emplazar una nueva población sobre la Vía 24 y junto a las salinas que aún existen y que ellos aprovecharon. Han aparecido mosaicos que se pueden visitar en el palacio de los duques de Medinaceli y en la plaza de San Pedro.

Del arco romano del S.I. hay muchas hipótesis sobre su pasado: puerta de acceso en la muralla, delimitación geográfica de conventos jurídicos o dedicado a algún emperador… pero sin lugar a duda lo que sí es cierto es que se trata del único arco de triple arcada que queda en pie en la península Ibérica.

La muralla que rodea el perímetro de la Villa primero romana y luego musulmana, fue reconstruida por Galib en el S. X, el general y poeta, más conocido por ser el suegro de Almanzor y por su mutua enemistad. Almanzor reposa posiblemente en el patio de la alcazaba que él gobernaba. Algo queda de la alcazaba militar que construyeron los musulmanes, aunque posteriormente pasó a ser residencia de los condes de Medinaceli con la consiguiente reconstrucción. La puerta árabe o del Mercado también fue reformada.

Cuando el condado ascendió a ducado, gracias a Isabel la Católica, los de la Cerda dieron vida a lo que ahora es la plaza mayor construyendo la Alhóndiga, el palacio y tras la plaza la Colegiata. La gran plaza tomó forma, rodeada de soportales, edificios blasonados, casi pentagonal y muy amplia.

Mucho nos queda por ver: la ermita del beato Julián, las ruinas de San Roman, el nevero medieval, el monasterio de Sta. Isabel, pasear por sus calles empedradas y degustar su rica gastronomía, los crujientes asados, los arroces con verduras, los torreznos y los dulces.

Complementar esta visita con el yacimiento paleontológico de Ambrona-Torralba es un gran final para esta ruta. Las excavaciones descubrieron restos fosilizados de mamíferos y destacan los elephas antiquus de hace 300.000 años.

Más información y descarga de app (incluye audioguía) :www.sorianitelaimaginas.com.

 

 

 

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