Numancia, el fin de una ciudad y la forja de un Mito

Numancia, el fin de una ciudad y la forja de un Mito

Fin de la ciudad: La forja de un mito

La historia de Numancia es una de las gestas más impactantes de la antigüedad. Esta ciudad celtíbera, situada en el actual municipio de Garray, Soria, resistió durante más de una década los intentos del Imperio Romano por someterla. Sin embargo, el cerco liderado por Escipión Emiliano en el 133 a.C. marcó el trágico final de Numancia. Este evento histórico, cargado de heroísmo y sacrificio, no solo selló el destino de sus habitantes, sino que también forjó un mito que ha trascendido los siglos.

Yacimiento arqueológico de Numancia

Inicio: Mito e historia

Numancia se convirtió en el bastión de la resistencia celtíbera frente al avance romano. Durante años, sus habitantes defendieron su libertad con valentía. El asedio final, comandado por Escipión, fue una operación militar sin precedentes. Este general romano reunió un ejército de entre 50.000 y 60.000 hombres, principalmente auxiliares hispanos, para rodear a los 4.000 defensores de Numancia, incluidos mujeres y niños.

Los romanos establecieron un cerco impenetrable que dejó a la ciudad sin suministros. Aunque los numantinos intentaron romper el bloqueo en varias ocasiones, sus esfuerzos fueron infructuosos. En un último intento, el líder Retógenes logró escapar con cinco compañeros, pero las ciudades cercanas, temiendo represalias romanas, se negaron a ayudar. Solo los jóvenes de Lutia ofrecieron su apoyo, pero Escipión, informado de sus intenciones, los interceptó y cortó las manos de 400 de ellos, sofocando cualquier esperanza de refuerzos.

El último día de Numancia, de Alejo Vera (1881)

La caída: Honor y sacrificio

La situación dentro de Numancia se volvió insostenible. El hambre llevó a sus habitantes a cocer pieles para alimentarse y, en los casos más extremos, recurrir al canibalismo. Pero para los numantinos, el mayor dolor no era el hambre, sino la imposibilidad de morir luchando, como dictaba su concepto del honor.

Cuando se iniciaron las negociaciones con Escipión, los celtíberos buscaron una rendición digna. Sin embargo, el general romano exigió una rendición incondicional: debían entregar sus armas y presentarse al día siguiente para ser esclavizados o ejecutados. Ante esta humillante perspectiva, muchos decidieron quitarse la vida. Según el historiador Apiano, la ciudad quedó en silencio, con sus habitantes optando por la muerte antes que la servidumbre.

Yacimiento arqueológico de Numancia

El final según las crónicas romanas

Después de 11 meses de asedio, los últimos sobrevivientes de Numancia salieron al encuentro de Escipión. Según Apiano, su aspecto era desolador: sus cuerpos inmundos, cubiertos de pelo y vestidos andrajosos, reflejaban la dureza de su sufrimiento. Aunque derrotados, su mirada aún transmitía ira y determinación, un testimonio de su espíritu indomable.

Numancia fue completamente arrasada por los romanos. Su territorio se repartió entre los aliados indígenas de Roma, y los pocos prisioneros fueron esclavizados. De ellos, unos 50 numantinos fueron llevados a Roma para desfilar como trofeos en el triunfo de Escipión, celebrado en el 132 a.C.

Reconstrucción de una casa de la época

 

Un mito que trasciende el tiempo

El sacrificio de Numancia impresionó profundamente a los romanos. Escritores como Petronio, Valerio Máximo y Floro exaltaron la valentía de los celtíberos, aunque sus relatos, influenciados por la épica, añadieron elementos que reforzaron la leyenda. Según estas versiones, los numantinos incendiaron la ciudad y se quitaron la vida, dejando Numancia desierta y en llamas.

Aunque estas interpretaciones idealizadas restan valor documental, no cabe duda de que los numantinos se convirtieron en un símbolo de resistencia frente a la opresión. Su gesta quedó grabada en la memoria colectiva como un ejemplo de valor y sacrificio.

Yacimiento arqueológico de Numancia

Numancia hoy: Historia viva

El yacimiento de Numancia, situado en Garray, permite a los visitantes revivir este episodio heroico. Recorrer las ruinas de la ciudad es sumergirse en la historia de un pueblo que eligió la libertad, aunque esto implicara su desaparición. La caída de Numancia no fue solo el fin de una ciudad, sino el nacimiento de un mito que sigue inspirando admiración y respeto.

 

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