
18 Feb Recorriendo la provincia: De Miño de Medinaceli a Almazán
Hoy nos vamos de ruta por la provincia y lo hacemos por tierras de Medinaceli. En concreto, el recorrido que va desde Miño de Medinaceli a Almazán, pasando por lugares tan interesantes como Conquezuela, Ambrona, Yelo, Romanillos de Medinaceli, Barahona o Villasayas.
A 10 km de Medinaceli se encuentra Miño de Medinaceli. Se reconocen los restos de una atalaya musulmana y vestigios celtíberos en las peñas que protegen el caserío. Entre los tejados, destaca la espadaña almenada de la iglesia de San Miguel, en origen románica.
Entre Miño de Medinaceli y Conquezuela, en las estaciones más húmedas, podemos ver lo que fueron zonas pantanosas, allí se ubica el yacimiento de la Sima el más conocido, popularmente, por encontrarse tres vasos campaniformes que contuvieron cerveza hace 4.400
años. Dicen que era rubia tipo ale, de alta graduación, de poca espuma y a menudo elaboradas con miel.
En Conquezuela sorprende encontrar junto a la ermita de la Santa Cruz una cueva de la edad de bronce-hierro con representaciones humanas y cazoletas (huecos realizados en la piedra).

Fotografía: L. Redondo
Ambrona
Desandando el camino hasta Miño de Medinaceli llegaremos al desvío de Ambrona, lo más destacable y que le hace singular, es el yacimiento “in situ”. Según lo encontraron los arqueólogos se ha quedado para nuestra contemplación. También hay una zona musealizada que acoge restos líticos trabajados por el hombre que habitaba el valle y una réplica a tamaño natural de un elephas antiquus.
En los últimos años se han realizado nuevas excavaciones en el valle de Ambrona en los yacimientos neolíticos de La Revilla, La Lámpara y la Peña de la Abuela reproducida en Ambrona. Un túmulo excepcional, por su forma de proteger el enterramiento que se construía con piedra caliza y quedaba sellado al prenderle fuego durante días.
Volviendo a la SO-132 dirección Barahona encontramos Yelo, la silueta de los palomares que sobresalen del acantilado que nos recibe bien podría ser el “horizonte” de esta localidad. Sorprende este tipo de arquitectura popular reconocido como bien de interés cultural. Habitualmente estos edificios eran un apoyo a la economía familiar en el medio rural. Son de planta cuadrada, en otros puntos de la provincia son circulares. No son edificios colmados de adornos, tan solo los pináculos rematados con bolas en los tejados y una cruz en el centro.
Romanillos de Medinaceli
Romanillos de Medinaceli, una aldeíta naufraga en un mar de espigas (Ortega y Gasset) además de la calzada romana hacia Uxama, la románica iglesia de San Miguel, de la ermita de la Soledad y la del Cristo de la Vega del siglo XVII. Sorprende el viacrucis que recorre las calles de la localidad.
Seguimos dirección Barahona, que toma el nombre de la varona, título otorgado por el rey castellano Alfonso VI a una joven de la localidad por defender esta tierra ante el rey de Aragón, Alfonso I el Batallador. De Barahona gracias a la inquisición sabemos que alguna de sus vecinas fue juzgada por brujería en Cuenca en el siglo XVI.
El templo de la Asunción de Villasayas, declarado monumento nacional de 1993, destaca por su galería porticada con dos series de cuatro arcos apoyados en columnas geminadas y decorados los capiteles con motivos vegetales.
La fortificada Almazán bañada por el río Duero, situada en el centro de la provincia de Soria, ha sido poblada desde la edad de bronce, ocupada por romanos, árabes, repoblada tras la reconquista. Tuvo en el siglo XII once parroquias, todas ellas románicas, de las tres que
aun podemos visitar, una destaca: San Miguel.
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