El agua atrajo pobladores y fundó poblamientos en las riberas del río. El Duero en su travesía por el territorio soriano favoreció el asentamiento en núcleos, que hoy son muy relevantes, y acogen a los viajeros mostrándoles su espectacular Naturaleza, y un rico y diverso Patrimonio cultural.
Desde su nacimiento tres tramos singularizan el recorrido de este río tan emblemático para Soria por la historia, por la naturaleza y por la fertilidad de las tierras ribereñas.
Desde sus orígenes el Duero transita desde Duruelo de la Sierra hasta Soria entre pinares y embarcaderos y playas del Embalse de la Cuerda del Pozo. Bordea Covaleda, Salduero, Molinos de Duero, Vinuesa, Abejar y Herreros, Garray y en Soria traza la «curva de ballesta» machadiana entre singulares y emblemáticos claustros románicos y ermitas rupestres .
De norte a sur gira desde la Capital hasta Almazán por tierras de «pan llevar» y pinares resineros. Fluyen las aguas mansas desde Los Rábanos donde se embalsa, por Tardajos, Ituero, Cubo de la Solana, Almarail, Viana de Duero, Perdices, Moñux y Almazán. Por aquí el río fue frontera entre reinos medievales dejando testimonio en castillos, murallas, torreones y conjuntos monumentales; también en hermosas iglesias románicas con influencias de Al Andalus.
Y torna hacia el oeste desde Almazán hasta Langa de Duero para internarse desde aquí en las tierras de Castilla y León en dirección hacia el gran océano. Lo hace por Barca, Velamazán, Andaluz, Berlanga de Duero, Gormaz, Navapalos en las inmediaciones de El Burgo de Osma, San Esteban de Gormaz y Langa de Duero. En este itinerario las etapas son marcadas por importantes conjuntos históricos plenos de Patrimonio cultural y Románico porticado, una de las señas de identidad del medievo soriano.
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